“¡Gracias, Diego!”, dice Manu Chao y mira al cielo. Tiene en la mano una remera azul, con el 10 en la espalda y el apellido Maradona en la espalda, que le acaban de regalar. Acaba de terminar su pequeño concierto en un pequeño tablado montado en la calle Azamor de Villa Fiorito,