Sam Smith siempre ha tenido una pasión por la música pop, y a los ocho años comenzó a tomar clases de canto. Con la ayuda de una cantante de jazz local llamada Joanna Eden, Sam comenzó a componer sus propias canciones. Sus padres le escucharon cantar una canción de Whitney Houston cuando le llevaban a la escuela, y su instructora de canto le hacía acompañarla en los coros en un club local.
A los once años, Sam compró un amplificador y utilizaba su casa como un escenario improvisado. También cantaba en reuniones de amigos y familiares a petición de su madre. A los doce años, contaba con seis representantes artísticos que le motivaban con ilusiones de fama que nunca se cumplieron. En 2008, Sam tuvo la oportunidad de actuar como telonere en un concierto de Adele en el Shepherd’s Bush Empire, donde conoció a Elvin Smith, quien más tarde se convertiría en uno de sus managers.
Después de que su madre perdiera su trabajo debido a su dedicación a la carrera musical de Sam, este se mudó a Londres con 18 años para seguir sus sueños musicales y motivade por la historia de éxito de Lady Gaga.
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