Sabíamos que venía un cambio tras el paso de Melania Trump por la Casa Blanca, pero lo de Jill Biden está siendo toda una terapia. Pero, como suele decirse, unas llevan la fama y otras cardan la lana, porque Jill Biden no ha dado casi trabajo a la prensa en sus primeros 100 días como primera dama, en los que tampoco es que haya estado precisamente quieta.
Entendemos que la lucha por la igualdad pasa por no tener que hablar del aspecto de la mujer necesariamente y es cierto que ese vestido estilo años 50 es impecable, pero en la era de lo viral y del meme, Jill Biden no parece decidida a ser la primera dama más desapercibida. Prefiere trabajar como una hormiga obrera que lucir como una hormiga reina, así que, a falta de otra cosa, vamos a analizar los grandes ‘antimomentos’ de la primera dama.