Un centímetro. Eso es lo que sentenció el destino de Christopher Reeve el 27 de mayo de 1995. Ese día, durante un concurso de equitación, el actor se cayó de su caballo y aterrizó con la cabeza. Se fracturó dos vértebras y se seccionó la médula espinal. Si hubiese caído un centímetro m…